El agua retuerce la orilla,
florece a piel de instinto.
Mis pies deambulan,
entes extraños.
El viento, triste sonata,
enreda en sus bemoles,
esta vida vacía.
Los entes extraños
prosiguen,
se mezclan con el cosmos,
como espina dorsal
infiltrada
en el invertebrado.
El agua anega.
Bastarda seria
si por su nombre la llamo
prefiero nombrarla
con el grito sordo
del abismo
con el grito de la luz
que hurga mi cerebro
y mata.
florece a piel de instinto.
Mis pies deambulan,
entes extraños.
El viento, triste sonata,
enreda en sus bemoles,
esta vida vacía.
Los entes extraños
prosiguen,
se mezclan con el cosmos,
como espina dorsal
infiltrada
en el invertebrado.
El agua anega.
Bastarda seria
si por su nombre la llamo
prefiero nombrarla
con el grito sordo
del abismo
con el grito de la luz
que hurga mi cerebro
y mata.
La Ninfa del Mar
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