Descarna al corazón
el reflujo de los adioses.
Ácido, como el individuo que mora en mí.
Taciturna la luz en las lámparas.
Senil el infortunio, ebrio de maldad.
Y, todo a tientas, se vuelve difuso
como cristal abigarrado
como los miedos que vuelven
y desvelan fechorías marchitas.
Y yo,
somnier insomne
madriguera en espera al milagro de lo porvenir,
aletargada aquí, en infortunio
vivo otros cuerpos
muero otras vidas.
el reflujo de los adioses.
Ácido, como el individuo que mora en mí.
Taciturna la luz en las lámparas.
Senil el infortunio, ebrio de maldad.
Y, todo a tientas, se vuelve difuso
como cristal abigarrado
como los miedos que vuelven
y desvelan fechorías marchitas.
Y yo,
somnier insomne
madriguera en espera al milagro de lo porvenir,
aletargada aquí, en infortunio
vivo otros cuerpos
muero otras vidas.
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