De la vejez y una flor marchita en primavera.
Nada que contar
nada que decir.
En el banco del parque,
la vieja señorita del paraiso
recuerda...
Tan sólo unos pocos
lo perciben.
Cuantos!
Apenas, reparan en la vieja.
Nada que contar
nada que decir.
Nada que contar
nada que decir.
En el banco del parque,
la vieja señorita del paraiso
recuerda...
Tan sólo unos pocos
lo perciben.
Cuantos!
Apenas, reparan en la vieja.
Nada que contar
nada que decir.
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