Entre paranoias, certezas y una conjunción.
Su sonrisa no conocía el ocaso
y llegaron las tinieblas.
Su pureza no tenía mancha
y se derramaron los colores.
Su palabra no conocía el pecado
y le arrebataron la inocencia.
Su alma no tenía precio
y la vendió al mejor postor.
Y en la cárcel de sus delirios
sueña con la libertad.
Su sonrisa no conocía el ocaso
y llegaron las tinieblas.
Su pureza no tenía mancha
y se derramaron los colores.
Su palabra no conocía el pecado
y le arrebataron la inocencia.
Su alma no tenía precio
y la vendió al mejor postor.
Y en la cárcel de sus delirios
sueña con la libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario